jueves, 17 de marzo de 2016

Cadáver Esqueleto de Noches Poéticas en el "Bar Avec Moi" y reseña de la velada





Cadáver Esqueleto de Noches Poéticas en el Bar Avec Moi y reseña de la velada
Bilbao a 16 de marzo de 2016


 Las actuaciones musicales de la joven Lorelei Green y el veterano Javier Triguero, dos estilos, dos mundos y un mismo universo musical, más la perfecta interpretación al piano de Mikel De Vicente, pusieron la magia a la noche bilbaína del Bar Avec Moi. Además de las lecturas de poemas por parte de habituales seguidores de las “noches poéticas” y las de otros que llegaron por primera vez, con su emoción y su comprensible nerviosismo, otras dos intervenciones teatrales, con su mordacidad, desenfado, sátira social y crítica, acabaron de poner el punto de relajación e inteligente divertimento a la noche; estamos hablando del tándem formado por Txemi del Olmo y Amaia Barrena, y las dos que, con el nombre de Grupo Mujeres, armaron una singular retransmisión radiofónica al estilo Elena Francis.

El ambiente en este nuevo bar de las Noches Poéticas itinerantes por Bilbao fue entrañable y cálido. Superados los primeros instantes de alboroto, cuantos llenaron el bar en las dos horas largas de actuación mostraron un estupendo respeto por el trabajo de quienes se acercaron a los micrófonos para ofrecernos lo mejor de sí mismos y su obra.

Pero no podemos dejar pasar por alto la buena exposición que sobre su último libro publicado llevó a cabo el poeta Carlos Guerrero, llegado desde Madrid, y la noticia de poder contar con la chilena Norma Duch Roveri, venida también desde Madrid, que nos ofreció una breve muestra de su singular poesía y algún regalo como el que tuvo la gentileza de hacerme, su poemario Marea y Sed.

En el caso de Carlos Guerrero, su libro de poemas lleva por título “El bosque ardido” (Editorial Vitruvio) y fue el que nos dio pie para construir el Cadáver Esqueleto de la noche. Así, quisimos ayudar a Carlos a repoblar ese bosque arrasado por el fuego del paso del tiempo y la costumbre; para ello, cada asistente que quiso participar escribió un verso sobre los árboles. Un total de 46 personas se animaron a escribir y el resultado lo podéis leer a continuación.









ÁRBOL

Vida,
raíces profundas
junto al río de tu sombra
proyectándose en el cielo
a la sombra del corazón.

Verde ninot indultado
y duendes bailando entre cedros,
raíz que sostiene, con sus ramas
enraizadas al cielo de mi boca.

Álamos y copos temblones
mirada al cielo
olvidando el suelo
como si resurgiera de sus raíces.

Con la fuerza de cien ramas
tus raíces siembran vida,
nuestras raíces se unen.

Tú eres mi oxígeno;
Mi amor por ti más fuerte que un roble.
Eres la madera que aviva mi fuego,
¡oh, gran roble en el bosque,
qué siesta bajo tu sombra!

Hacen sus nidos las aves
enrojeciendo en la vergüenza de la tarde.
Tabla de mi ataúd,
almendro madrugador de primavera,
canto de una familia en la rama
y en sus profundas raíces
simetría planificada.

Allí estabas tú, muriendo en la memoria.

Cuando llora el almendro
te extraño; extraño
tu sombra y cobijo,
el mirlo negro que soplaba las hojas.

Verlos juntos, nudos
en las ramas,
fuente de vida, árbol
de la vida, sufrimiento.

Nuestros sueños descansaban a la sombra.
Brotan tus raíces de la tierra,
esta música del alma, esencia de mi ser,
inmensos mares de poesía,
bosques que se mezclan con el mar,
el arce rojo, el castaño, el sauce,
un manto con sus hojas,
desnuda savia tu corteza.
Debajo de él viví,
debajo vivo.



NOCHES POÉTICAS
De la composición del texto: González Alonso