EL PARAGUAS
Velada del 17 de enero de 2024 – NOCHES POÉTICAS en ESPACIO DAVINCI – BILBAO
La temporada 2023/2024 entra en el nuevo
año. Enero, mes tradicionalmente invernal en nuestras latitudes, ha entrado con
agua y frío (y es de desear que siga así) aunque el día de hoy resulte
particularmente cálido, seco y ventoso. De todas formas, esta noche propusimos
abrir el paraguas del Cadáver Esqueleto
y al tema respondieron con sus versos, uno por cabeza, 41 participantes del
total de asistentes a la velada. Y nos dejaron su particular visión, percepción
y sentimientos en torno a una prenda tan común como útil en días de lluvia o sol insufrible, tan
olvidadiza como agradecida cuando el tiempo se pone farruco, y tan poco amiga
del viento.
Noches Poéticas se ocupó de la Generación del 50 y sus poetas, leyendo
a algunos de ellos y proponiendo a otro, Agustín Goytisolo, para adivinarlo en
la lectura de un poema suyo y llevarse un libro de regalo. Y hubo acertante. Y
hubo premio.
Y siguió lo que viene siendo habitual y
querido en cada velada, recitaciones y lecturas de poemas propios o ajenos, con
un total de 23 personas en el micrófono, canciones y más poesía, otras
actuaciones y el Cadáver Esqueleto.
No faltaron tampoco las presentaciones de libros y, en esta ocasión, del nuevo disco del cantante Jaime Yakamán. En esta velada de inicio de año estuvieron
presentes los periódicos El Correo y
Deia, haciendo preguntas,
fotografías y tomando nota de muchos de los asistentes para sus crónicas.
Y, como se ha dicho anteriormente,
abierto el paraguas, extendidas sus varillas y desplegada su tela, los versos
se fueron encajando para animar y dar vida al Cadáver Esqueleto de la jornada que sigue aquí:
He comprado un paraguas en un bazar
chino. De sus varillas gotean lágrimas
de alegría. Y dice
desde aquí dentro os observo.
Abierto o cerrado siempre nos protege.
Apuntan
sus varillas en todas direcciones. Goteas
a traición, puñetero. Eres
mi salvador y a veces te olvido
con las varillas rotas en el inmenso azul.
La lluvia, mi magia, claro de luna,
me abro como araña metálica protectora
ocultando los llantos de las nubes, humedad
que recorre gota a gota la sequedad
del alma. Tan cerrado a veces, quieto siempre
en un mismo lugar.
La lluvia me recuerda aquella tarde;
no más lágrimas en la playera. Romperlo
y respirar.
Nos proteges y también nos privas del agua.
Quiero abrirme para ti, protegerte, sentir tu mano
aferrada a mí. ¡Toca
con tu dedo gordo mi botón!
Eres de la lluvia pacífico enemigo.
¡Qué espacio tan pequeño! Pero aquí rozo
tu mano con el beso.
Para qué parasol, paralluvia, plegables, elegantes,
mates o brillantes,
a todos les gusta olvidarse
en los paragüeros grandes.
Protector de humedades como el buen libro
cuando se abre; debajo
me siento protegida
y respiro el frescor de los pasos.
En el norte vamos a la playa contigo.
Estoy triste cuando me sacan de paseo
y me olvidan.
Las varillas luchan contra el viento. Utensilio
tan útil o sobrante, el día que te perdí
me inundó la tristeza. Soy bajo la lluvia
interesado amigo, trozo de tela
que protege de la triste lluvia, la lluvia bloqueada
que amenaza con empaparnos.
Bajo el cobijo de tu nombre se refugia el alma; soy
de colores para que me encuentres, para heridas de luz, de sombra
de luna. Isabel, la reina,
me prefiere transparente.
Es él quien me cubre de ti, hermosa
lluvia.
Caramelos en la Cabalgata de Reyes.
2 comments:
Hermoso trabajo compañeros en la palabra.
¡Gracias, "Anónimo"! ¡¡Nos vemos en los bares!!
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