UNA VELADA EN SANTUTXU Y EL BAR RETRO KAFÉ
10 de mayo de 2023
Son muchas las veladas que a lo largo de trece años
Noches Poéticas ha vivido y hecho vivir en Bilbao y, ocasionalmente, fuera de
Bilbao. Pero la magia sigue intacta. Caras nuevas, versos renovados, algunos
incondicionales de toda la vida y la misma ilusión compartida, el mismo “buen
rollito”, amabilidad y entusiasmo. Y todo esto hace que sigamos llamando a la
poesía en los bares.
Así fue una vez más, en Santutxu. Las canciones de
Jaime Yakamán fueron acompañando cada episodio de la velada. Primero, en las
voces de los cuatro componentes del equipo de Noches Poéticas, la poesía griega
de hoy y de ayer con una introducción de Julián. Un breve recorrido por el
sentir de los poetas griegos y los ecos de su cultura clásica en las voces de
la poesía actual. Luego el pequeño divertimento de “Adivina el poema” conducido por Ainize y, en
un guiño al tema de la velada, Homero y la Ilíada. Dos participantes adivinaron
el título y autor de la obra griega y se sorteó entre ellos el libro de
regalo; el hombre, amablemente, lo cedió a la concursante que también lo había
acertado y todos contentos en la foto para el recuerdo. Llegó también el turno
para el clásico Cadáver Esqueleto que
fue presentado al alimón por Julio y Andoni que armaron un frutero al
proponer que los versos “versaran” sobre la fruta que a cada cual le pareciera
mejor, pero sin nombrarla. El resultado, colorista y sensual, puede leerse a
continuación. Porque la fruta, sus texturas, olores, jugos y sabores quisieron
que estuviera más cerca que nunca del placer de los sentidos.
La parte de música lanzada, micrófonos y el sonido
de la velada corrió a cargo de Txo Braceras, con mimo y profesionalidad.
El resto del ambiente en el bar Retro Kafé lo pusieron
los asistentes y, de entre ellos, los 35 que quisieron sumarse a llenar este
frutero:
FRUTERO
Resplandecían abrazando el sol. Por la mañana
oro, por la tarde plata
y por la noche mata.
¡Y las peras al vino que vende don Gavino!
Son maduro fruto de tu deseo
tus besos como fruta madura
como un vientre germinado de potentes sabores.
Muerde mi fruta prohibida.
No supe que sería tan jugosa hasta tenerte
en mis labios;
alguien viene con tormentas y sosiego,
con ese olor a sangre y ese sabor
me embriagó su néctar.
Color verde, amarillo y rojo en el huerto,
arenosa y porosa, néctar
deslizándose por mi barbilla,
mi lengua pasando por la acidez de tu ombligo
con el rostro y sabor de la memoria,
olor a ti, el roce suave de tu piel
como una sonrisa, una al día,
con forma casi perfecta femenina,
ácida, dulce, fresca y encarnada
es tu boca, fruto sabroso, bella mujer
que viste de esperanza.
Pelaría tu ropa para desayunar
tu corazón, del árbol la mejor fruta
y el jugo de la macedonia.
Me da pena comerte y perderte.
Friega, frota, fríe, fruta que tú exprimes
y explota el sabor en gajos,
[Verso en blanco]
La fruta de tu corazón
se desliza por tus labios,
verde y negro entra con vestido marrón,
ella, la primera, ¡oh, la primera!
y el placer de llegar a saborear
tu blancura
hasta que te vuelva a morder
sobre la tinta.
NOCHES POÉTICAS
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