jueves, 19 de febrero de 2015

Carnaval. Cadáver Esqueleto de Noches Poéticas en el Hika Ateneo





Velada poética y Cadáver Esqueleto. Hika Ateneo, 18 de febrero de 2015.

Miércoles de ceniza. Entierro de la sardina y final del carnaval. Pero en el Hika Ateneo, de la mano de Noches Poéticas y la mágica participación del publico asistente que escribieron 31 versos que, como 31 huesecillos, ensamblaron el Cadáver Esqueleto de la noche, el Carnaval se paseó por nuestra fantasía y se enseñoreó de la poesía. 

En medio, con el control de luz y sonido a cargo de Oñaki Cerrajería, pasaron Pedro Ruiz de Alegría, Lumi Quin, Manoli López, Cesar de Miguel, Andrea Uña, Manuela Ipiña, Ibon Zubiela, Amaia Barrena, Karla Alonso, Coro Benito, Greta Frankenfeld, Óscar Gallardo, Martha González, Javier Medal y Laureano Jiménez, a los que podemos añadir los componentes del equipo de Noches Poéticas: Julio González Alonso, Javier Arnáiz, Ritxi Poo y Julian Borao. En la parte musical, el compañero de Noches Poéticas Javier Triguero. Y para poner aún más música, disfrutamos del grupo Lorelei Green.

Otros dos momentos importantes fueron la presentación del poeta madrileño Alberto Infante, desgranando algunos de los mejores poemas de sus publicaciones y la aparición, la visualización de otro mundo que vive entre nosotros, pero generalmente oculto o invisible. En esta ocasión salió a la luz y la palabra de la poesía en la voz de la joven síndrome de Down, Lucía. Puso ternura y acierto a cada uno de los versos recitados, y Anouska Sánchez, formadora y Óscar, presidente de la Asociación, pusieron las palabras oportunas para entender la necesidad de ser solidarios y contribuir a que sea posible y real un mundo de iguales. La música de Txo, acompañó subrayando con su mensaje el sentido de su canción y del momento.



También el Cadáver Esqueleto alzó su voz carnavalesca para decir:

Entre colores y grises cons encontramos.
El caballero embozado se pasea, enigmático.
Me depilo y me pongo la falda,
persigo la libertad, arco iris imposible.

Risa, danza, mueca, búsqueda del ser;
carnaval, libertad y desenfreno,
personas en suspenso en el juego de este verso,
bailar el ritual,
dejarás de dormir desnuda en desiertos,
careta imposible para ser y no ser,
carnaval en febrero, el resto del año
disfraces no quiero.

Mi vida es como un disfraz. Espío
una fiesta en Venecia; mucha gente
aparece en la ventana
y se sienten libres bajo las máscaras.

Cuando la gente nos quitamos el difraz
y es carnaval,
día de alegría, gozo e ilusión,
a través de la lluvia  pintan los colores,
la lluvia
entristece esta fiesta. ¡Por qué siempre
hay algo que amargue la fiesta!

¡Colores, colores, que alegren febrero!
Vestido de lo que siempre has querido,
una impostura,
color y sonrisas.

La máscara no me oculta, me muestra.
Los disfraces, en ocasiones, no necesitan vestido.
Corre, salta, baila, ríe, vive tu vida,
oportunidad de mostrar mi travieso duende,
la alegría de la juventud.

¡Y de qué manera se me ha caído este año el disfraz!
Tras la máscara está
la perdadera personalidad.

Días de pájaros para olvidar la jaula
que los adormece.

De la composición del texto: Julio González Alonso

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