LA MUERTE: Cadáver Esqueleto de la velada de octubre en la Taberna La Campa De Los Ingleses (Estadio de San Mamés)

NOCHES POÉTICAS
17/10/18
Taberna La Campa De Los Ingleses

No por repetida la magia de cada velada de Noches Poéticas deja de resultar sorprendente. Una vez más, en La Campa De Los Ingleses (Estadio de San Mamés) se dejó sentir la calidez y el entusiasmo de la poesía con momentos muy intensos y vibrantes acompañados de la voz, las canciones y la guitarra de Alice Moraine.

La apasionada interpretación de los poemas recitados fue seguida de la entusiasta participación en la escritura colectiva del cadáver esqueleto con el título de La Muerte. Este poema cerrará el libro de los “Cadáveres Esqueletos” en preparación y en el que figurarán –de momento- 87 nombres de los cientos que participaron a lo largo de estos años; estos nombres corresponden a las personas que han querido dejarlos a lo largo de las dos últimas temporadas de Noches Poéticas, desde que se tomó la decisión de editar el libro. La portada será un regalo de la pintora amiga de Noches Poéticas, Conchi Ororbia. El libro contará con la participación también de una docena larga de poetas y escritores que nos dejarán sus artículos y creaciones para dar entrada a cada capítulo.

De la elaboración del cadáver esqueleto de esta noche se puede decir que toca un tema tabú, que es la muerte. Pero la poesía, que es vida, también enfrenta la muerte y la hace materia poética. La misma idea del “cadáver esqueleto”, es decir, un muerto en sus huesos, nos está diciendo que entre todos y nuestra palabra la muerte cobra vida cuando reunimos todos esos huesos con nuestros versos. La muerte es, lo sabemos, algo cotidiano y consustancial a la existencia; algo que nos recuerda el privilegio de estar vivos y nos invita a disfrutar cada momento en un carpe diem permanente.

La creación de este poema se realizó dando continuación a distintas reflexiones, versos y pensamientos de autores diversos, desde los clásicos a los actuales. Y del resultado de las 64 aportaciones realizadas damos aquí fe:

LA MUERTE

Y cuando perdemos la vida, sin querer la encontramos. Tú fuiste

apresando recuerdos, amante,
muerte, rey de la nada,
lo que nos perturba en este plano Tierra,
vida
pensaremos eternamente haberla desaprovechado.

El alma infinita viaja y busca nuevo destino

grácil, gratuita, gratificante,

obligados por necesidad a vivirla, vivir la muerte,

sólo despedida
si envuelvo el corazón en cinta
de terciopelo negro.

Frutos jugosos son vida y muerte.

Me asfixia los ojos y ciega mi boca
cerrar un cielo y renacer de nuevo
y aun así
la melancolía envuelve en felicidad
el gozo
de morir que muere
en el corazón al abrazarlo
en la vida que nace tras tu beso.

Querer morir, al fin.

Ciclos antiguos que renacen.
No es victoria, sino última fase de la vida.
Sólo pasamos de manera efímera;
ella también es inocente y blanca,
pregúntaselo a Boladenieve II,
yo soy la muerte que grita: ¡Viva!

Cuando la vida te dispara y la muerte te da vida

y espera lenta tras la sedación,
ciega, imperturbable, paciente.

Apagarse, cambio de estado, paz.

sabes, muerte, que tu victoria es segura.

Apagarse

porque sería muy bonito
ser inmortal.

No lamento mi muerte, no lamento tu muerte,

fin del nacimiento,
regalo de lirios blancos de cumpleaños
y se nos pasan los años
averiguando
qué hacer con ella.

¡Quiero divorciarme

de la muerte
y no es legal!

Morir (¿o revivir?) era perder el aire

cada vez que me besabas
donde los sueños son el paso a lograr
y del polvo, brotes de quietud,
tic, tac, tic, tac, estás llegando. No temo,
yo te digo, ven… muerte mía, morir
es vivir
y aún así vivo para vivir mañana
en desorden
cuando me pongo cachondo viendo un Cayenne.

Hoy soñé con la muerte. ¿Por qué

nos la restriegas y regodeas con ella?
Quizás sea el final… de un principio ignorado,
No lo sé… será, quizás, la última sorpresa de la vida,
¿cómo acabar con placer ante lo inesperado?

Si es la muerte bella dama, con ella he de partir,

no se puede disponer del tiempo infinito;
muerte, estás con nosotros cada momento
en el traslado a un mundo definitivo,
nos demuestras que hay vida
tras el polvo
cuando cierras por última vez nuestros ojos
y muere
una estrella lejana.

Si sólo queda el recuerdo entre las nubes,

tus labios
y la arena
¿Por qué, por qué lloras tu ausencia
si ha hidratado miles de almas
el río abundante de su clemencia?

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