Café Teatro Mistyk
16 de febrero de 2018
La tarde, con Iñaki Cerrajería en la parte técnica, puntual y profesional, Maybe al piano en su labor solitaria de
auxiliar el ritmo de los poemas, el equipo de Noches Poéticas encabezado por Julián Borao, Mónika Nude y Julio González
Alonso y apoyados por Andrea Uña
en su labor de difundir la poesía y los libros, se abre con la presentación del
tema del Cadáver Esqueleto y del autor de la obra premiada del III Concurso de
Poesía Noches Poéticas Bilbao, Ramón
Bascuñana, venido desde Orihuela (Alicante) para recibir el premio y
presentar el poemario galardonado “6
SEIS 6”. También arranca con
imprevistos, como el del cantautor cubano César Brown que venía desde Madrid y que a última hora tuvo que
coger un avión que llegaría a Sondika cuando la velada ya había comenzado.
Pero, salvados todos los escollos, finalmente se incorporó a la noche poética
del viernes con sus canciones, voz y guitarra, poniendo una sabrosa nota musical
a toda la poesía leída o recitada.
Otras actuaciones memorables de la
jornada fueron las llevadas a cabo por Manuel
Vicente Cajón y Txemi del Olmo,
cada uno en su faceta artística y plástica, interpretando el primero su
peculiar poesía surrealista y dando vida el segundo a un primer capítulo de un “don Quijote de Abandoibarra” que hizo
reír y sonreír al numeroso respetable
público.
En la presentación de Ramón Bascuñana y “6 SEIS 6” tomó parte Blanca
Sarasúa, miembro del Jurado, junto a Julio
González Alonso, Presidente del mismo. Ramón Explicó algunas de las razones
que le movieron a escribir este poemario y leyó varios poemas del mismo. La
acogida del libro fue muy buena, acabándose los que había disponibles para la
presentación.
Pero, ¿por qué no recordar a quienes
–además- se pasaron por el micrófono con sus creaciones o interpretaciones?
Debemos las gracias a: Blanca Sarasúa,
Ane Andikoetxea, Pablo Müller, Tania Parra, Pepa Agüera, Begoña Montehermoso,
Roberto López, Amaia Barrena, Martín Martínez, Puri Mínguez, Mayte Guzmán,
Gaizka Martínez, Candy Cano, Manoli López, Susana Barrena y Andrea Uña, cada cual con su impronta y
entusiasmo que contagiaron al público.
El Cadáver
Esqueleto, tras las dudas iniciales sobre si tratar el tema de la nieve o
los carnavales y resuelto en empate por parte del público, resultó ser un cadáver
esqueleto bicéfalo. Los dos temas, libremente, se fusionaron en el
hacer y escribir de las 38 personas que aportaron sus versos. ¿El resultado? El
que sigue:
Muñeco
de nieve de carnavales
(Cadáver
Esqueleto Bicéfalo)
La sierra, sábana blanca, se disfraza de
fantasma,
danza, baila, leve, suave cae y empapa
el alma.
un carnaval por dentro que embarulla mi
mente
y derrite la nieve. ¡Suelta la careta
y
baila!
Sólo necesito ser feliz, lo demás no me
importa
y despojarte desde adentro de todos los
disfraces
en el carnaval sin carne pero con
instinto
en esta noche tan fría. Nieve de carnaval
que barro dejas. No temo
que barro dejas. No temo
que caiga la nieve, izquierda, derecha,
un
dos, tres, todo es color
tras la máscara viva de mis fantasías.
Los colores cayeron en forma de copos,
los copos verdaderos, auténticos,
únicos, sin dos iguales;
maravillosa nieve desconocida casi para
mí
frío, frío blanco y frío
así la nieve llega y se va la nieve.
Ser otra por un día, una tarde, unas
horas
-el disfraz blanco-
me gustas más que Artik Monkeys un día frío
con las plumas de los disfraces
bailando,
carnaval todos los días, todos los días
y más
y este papel que se disfraza de nieve
blanca, blanca y así el silencio
en tela, sonrisas y cuentos.
Cuando intentaste quitar la máscara
ya eras ella. Hecha de fósforo
te nievo, me corro de nieve, me gusta
hacer muñecos
de nieve.
El invierno llega, viene frío,
blanca alma, hielo esquinado, corazón
manchado
escuchando poesía, en clase o en mi
cuarto o en cualquier lugar
sola; se disfrazó de muñeco de nieve,
¡quién elige ser nieve! Tu mirada es
única
luna
los copos de nieve disfrazan la piel de
dulzura
y tu mirada me derrite como si fuese un
hielo.
Era sólo un gato y lo único vivo de mi
madre,
la ira fundía la nieve
y no queda más que vapor de rencores;
yo me disfrazo de malo y paso
desapercibido,
desinhibido en un placaje a la
vergüenza,
como la nieve, efímero y de año en año
fue, en la nieve, un carnaval sin
nombre.
NOCHES POÉTICAS
De la recopilación y presentación: Julio
González Alonso
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