NOCHES POÉTICAS
Cadáver Esqueleto en el Restaurante
Astillero Euskalduna: La ría
24 de mayo de 2017
Un nuevo lugar, una nueva cita con la
poesía y sus autores, y con la música y el ingenio surrealista de algunos
creadores y de un público volcado en la
escritura colectiva del Cadáver Esqueleto de la velada titulado La ría y escrito al lado de la ría de
Bilbao, desde la terraza del Restaurante Astillero Euskalduna, en una tarde y
noche prácticamente veraniegas.
A los versos les sirvieron de compañía
las canciones de Edu Basterra, con la colaboración puntual de Bilillo. En el
amplio espacio de más de dos horas pasaron por los micrófonos 22 personas para
leer sus trabajos o el de otros, para comunicar sus emociones en un variado
abanico de estilos y dejar lo mejor de sí mismos al aire de la tarde bilbaína. De entre el público que llenaba el lugar, fueron 42 los que
se decidieron a prestar sus palabras para dar vida al cadáver esqueleto de la
noche, que se vistió para todos de la siguiente manera y las siguientes palabras:
La ría
Hogar de sirenas sin ambulancia
ahogué en tu reflejo tantas noches
argentadas…
Ría, tus aguas se agolpan con recuerdos
que inundan mi alma,
la niebla se cierne amenazante,
cinta atada a las lágrimas de la verde
ladera,
peces boca arriba, peces boca abajo
serpentea la ría gris y plata,
¡cuántas historias escondes en tu fango!
amiga y confidente, madre que acuna sin
brazos,
espejea en ti la alegría del sentimiento
y se dibujan invisibles al bajar la
marea;
eres fuente que inspira, musa que avisa,
confidente y amiga,
de lejos la más bonita, pues de curvas
se redondea.
En un segundo me conquistaste y cada
segundo te recuerdo,
el recuerdo de ese día que me impregna,
me llena
y da la vida
frente a la ría, sentado en un banco con
respaldo
de emociones.
El mar, la mar, la ría para hablar;
cuando te desmadraste, ¡qué bien nos
vino!
Eras astilleros y eras pintoresca,
verde Bilbao ahora, cobre cuando eras
niña.
¿Quién llamaba gris a un Bilbao siempre
azul?
En la orilla de la ría supe, al fin, lo
que era el mundo.
Naufragando entre tus piernas,
acuarela de colores contra tus rocas
batiendo
boga boga marinero por la ría que es tu
cielo,
el sirimiri es el caudal de la ría
con luz
y llena de luz.
¡Ay!, en la ría viviré, en la ría
moriré.
Dicen que vienes del mar, díme qué
llevan las olas.
La ría lo arrastra todo, menos a ti;
entre mocordos, las angulitas saltan
felices…
La ría, ¡qué ría!, no es una utopía
allí, en la orilla
paseaban los amantes cada día.
Esas mañanas en el dique de la ría
mirando al Abra…
Porque lames las orillas a tu paso
juguetón,
agua, aguam agua quieta que desplazas la
belleza,
arteria de sangre y carbón.
Ría, aquí estoy ambulante, expectativa,
reflejando en la noche el brillo de la
luna
veo tus mareas, tus pececitos, la gente
bañándose
en tus aguas;
ría, ría, ría de verdad como un animal
puesto en libertad.
Bilbao tiene una herida
que sólo cura la ría
y moría
en la ría.
NOCHES
POÉTICAS
De
la crónica y la composición: Julio González Alonso
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