Cadáver Esqueleto de Noches Poéticas
Velada del 22 de marzo de 2017
Caos Club
Una vez más, y van 101, se repitió la
magia. La cantautora Sensi Falán y el poeta Javier Irigaray vinieron desde
Almería con sus versos y canciones; desde Pamplona llegó Teresa Ramos
acompañada de su segunda edición del I Premio Noches Poéticas, “Sabe la noche”,
y sus amigas Rebeca Elizalde e Isabel
Hualde que también nos leyeron sus poemas. Manuel Vicente Cajón volvió a
sorprendernos y por los micrófonos pasaron, entre otros, Pepa Agüera, Mónika
Nude, Idoia Carramiñana, Javier Arnaiz, Roberto López, Andrea Uña, Tania Parra,
Ernesto Noriega, Martín Martínez, Loren Simón, Miriam Jaramillo, Manoli López,
Cristina Difuminada, César de Miguel, Soraya Pereña, Kaly, Ritxi Poo, Julián Borao
y Julio González Alonso.
De entre los presentes, 33 personas se
animaron a prestar su inspiración para componer el Cadáver Esqueleto de este 22
de marzo bilbaíno de lluvia y frío. Como el tiempo siempre inspira, el tema y
título no podía ser otro: Lluvia y paraguas. La condición era que cada cual
eligiera escribir su verso o sobre la lluvia o sobre los paraguas y de este
modo ver cómo quedaba la cosa y cuál de los dos era el tema preferido. La
conclusión, me parece, es que la mayoría se refugió en la lluvia dejando a un
lado el paraguas, como podréis observar:
Lluvia
y paraguas
La lluvia que lava el alma
gira y esparce gotas, aspersor de xirimiri
desnudando el alma en jirones de lluvia
que para ti es lluvia y para mí es agua que cae
con, cabe, contra, de, desde, en, ¡para… guas!
¡Joder, y cómo llueve!
Eres el sol en mis días lluviosos,
la lluvia que me relaja y me hace sentir viva
cae y moja, humedece el alma y duerme;
lluvia, ella tiene un don; su frescura
se funde en un cielo de agua y siemprevivas
y, como si nada, abrió sus varillas
para parar tus lágrimas.
Un esqueleto metálico retorcido por el viento,
y a modo de paraguas utilizó su sombrilla,
el paraguas que nos resguarda de la lluvia.
¡Maravilloso Bilbao, hasta y –sobre todo- con lluvia!
La lluvia ardiente sus pies pisaban,
olor a suelo mojado
en el reflejo de tu sonrisa.
Contigo siempre encuentro calor y refugio;
araña la lluvia dentro del cabo.
Ha salido un mal día, ¡para no estorbar!
Gota a gota limpia mis heridas, refresca mi alma.
Soñé con soñar y el tiempo se detuvo,
la lluvia y mis lágrimas se hermanaron por ti.
Porque llueve, sólo por eso
bailaré sobre la lluvia, ritual que me protege.
Ahora comprendo, es fácil de entender:
llueve ahí fuera;
caparazones de tristeza nos acompañan
por las aceras.
¡Qué haríamos sin este invento en los días húmedos
e inciertos!
Los ángeles se están bañando y olvidaron
poner el tapón;
el cielo cae al suelo de las ciudades,
lágrimas de lluvia en mi rostro. Padre,
mírame de nuevo.
La lluvia que lava el alma
gira y esparce gotas, aspersor de xirimiri
desnudando el alma en jirones de lluvia
que para ti es lluvia y para mí es agua que cae
con, cabe, contra, de, desde, en, ¡para… guas!
¡Joder, y cómo llueve!
Eres el sol en mis días lluviosos,
la lluvia que me relaja y me hace sentir viva
cae y moja, humedece el alma y duerme;
lluvia, ella tiene un don; su frescura
se funde en un cielo de agua y siemprevivas
y, como si nada, abrió sus varillas
para parar tus lágrimas.
Un esqueleto metálico retorcido por el viento,
y a modo de paraguas utilizó su sombrilla,
el paraguas que nos resguarda de la lluvia.
¡Maravilloso Bilbao, hasta y –sobre todo- con lluvia!
La lluvia ardiente sus pies pisaban,
olor a suelo mojado
en el reflejo de tu sonrisa.
Contigo siempre encuentro calor y refugio;
araña la lluvia dentro del cabo.
Ha salido un mal día, ¡para no estorbar!
Gota a gota limpia mis heridas, refresca mi alma.
Soñé con soñar y el tiempo se detuvo,
la lluvia y mis lágrimas se hermanaron por ti.
Porque llueve, sólo por eso
bailaré sobre la lluvia, ritual que me protege.
Ahora comprendo, es fácil de entender:
llueve ahí fuera;
caparazones de tristeza nos acompañan
por las aceras.
¡Qué haríamos sin este invento en los días húmedos
e inciertos!
Los ángeles se están bañando y olvidaron
poner el tapón;
el cielo cae al suelo de las ciudades,
lágrimas de lluvia en mi rostro. Padre,
mírame de nuevo.
NOCHES
POÉTICAS
De la composición: Julio González Alonso
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