Poema colectivo de la velada del 18 de noviembre en el Hola Bar de La Alhóndiga (Bilbao)
Retomamos en esta ocasión esta manera de
colaborar en la elaboración del Cadáver Esqueleto (que los surrealistas
franceses llamaron Cadáver Exquisito). Para esta velada, cada persona del
público que aceptó el reto de escribir un verso improvisado, lo hizo con el
título: Déjame entrar, París. De este modo, recogíamos el título del poemario
presentado por Mónika Nude, “Déjame entrar”, y el dolor solidario con la ciudad
del Sena tras los últimos atentados. Nos duelen todos los muertos de la guerra
y el terrorismo, los de Damasco y los de París. Pero hoy, sangra París. Para
que no tenga nunca que sufrir niguna otra ciudad; ni Beirut, ni Nueva York, ni
Damasco, ni Londres, ni Madrid, Ni Berlín, ni Bagadad, ni París...
Déjame
entrar, París
Fair
l’amour, pas la guerre.
El
día quema la noche:
merci
de nous pardonner.
Déjame
entrar, París, por todas tus letras,
déjame
entrar, París; una sórdida, dolorosa hora
y
tener tiempo para vivir,
viajar
con mis amigos.
[ verso en blanco ]
En
el umbral de la sabiduría
hay
tiempo para soñar con ser libre;
París
entrará en nuestro corazón, ¡la ciudad de la luz!
Déjame
entrar en los vértices de la vida;
desde
la torre Eiffel caen lágrimas al Sena,
a
los abismos trágicos de la libertad
y
resucitará el amor
y
los pájaros caen como bombas, inertes.
A
tus puertas llaman todas las personas.
Apagar
la luz y encenderla otra vez;
no
entres si no sabes salir,
la
ciudad perdió su nombre y la luz se hizo sangre
[ verso en blanco ]
Déjame
entrar, París, dolida nostalgia y aires de amor.
Hoy,
más que nunca, hace falta tu sensibilidad;
quisiera,
sí, entrar; bien valías una brisa
en
el interior de tu alma y la luz de tus entrañas.
Déjame
entrar al mundo
¿y
si pudiera ser, y si fuera verdad
observando
el bullicio, escuchando la vida?
¡Dejad
volar los miedos!¡Que llueva hermandad!
Mucha
luz
¡Déjame
entrar, París! Soy todo luz, soy llanto
y
viajo a tu luz, entrada sin salida.
La
luna llora sobre París.
Rompe
tu burbuja y déjame entrar
porque
fuera es la nada, el frío,
quiero
entrar en la mañana de paz
con
los que entraron y han sobrevivido
déjame
entrar,
amarte,
acariciarte.
Bilbao,
18 de noviembre de 2015
NOCHES POÉTICAS
De
la composición del poema: González Alonso
2 comments:
Creo que siempre hay versos que nos emocionan, aquí tenemos un ejemplo, versos que calan en un momento difícil, escritos por alguien que siempre ha estado al lado de la libertad.
Un abrazo.
Gracias por tu cercanía solidaria, F. Enrique. La libertad nos hace hombres; la violencia nos degrada y quita la dignidad. Salud.
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