CADÁVER ESQUELETO: OBJETOS COTIDIANOS
OBJETOS COTIDIANOS
En primavera, salen los animales que se aletargan.
Contemplando un bello árbol que me encuentro en mi paso,
llave que abre, llave que cierra, llave perdida, llaves…,
nos rondan casi invisibles, pero siempre a mano.
El filo redondeado del vaso que acaricias cuando dudas,
una maceta con olor a primavera
en la sencillez, refleja el diamante.
Desde la puerta a la mesa, a la silla y a la alfombra,
todo huele a ti.
La voz desde los ojos del corazón
nunca ha sido el mismo espejo.
Libros vuelan, caen, bailan…, corre la vida.
Algunos lo denominan normal, otros, extraordinario,
como el abanico amarillo que se instaló en mi vacío.
Pendientes, ¿qué son? Memorias de algún lugar,
de alguna persona o situación especial.
Un sombrero elegante en mi cabeza
y en la espesura de la noche, tu cuerpo culebrea.
Cuando pongo la “roomba”, siempre me acuerdo de ti,
mi querida cafetera,
me dejaste en manos de mi consolador.
Cuando todo se acaba, el miedo aparece;
estas pastillas que me acompañan todos los días
no son condenación, son mi salvación.
El jarrón siempre con flores,
junto con sus flores, hoy, sus trozos se clavan en el suelo.
¡Ojalá el dinero se reprodujera como la loza en la fregadera!
De nuevo, el móvil acabó en la lavadora y, mis bragas,
sobre la mesita del centro de la sala;
el tiempo, estirado en cada imán descascarillado de la nevera.
Tú, canto ronco, y tú, aroma, inunda mis despertares
con promesas a menudo incumplidas.
Te tomo por tu tallo frío, remuevo tu voluptuoso cuerpo líquido
que eleva mi alma,
sólo quiero ser vida,
los marcos vacíos me observan desde la estantería.
Si fuera una cosa, sería ese papel en blanco
donde me reflejo en tu cadáver esqueleto.
NOCHES POÉTICAS
0 comments:
Publicar un comentario