VELADA Y CADÁVER ESQUELETO DE NOCHES POÉTICAS
22 de enero de 2025
Siempre resulta grato
traer al mundo un nuevo “cadáver
esqueleto” y poder contar la velada en la que se le dio vida. En esta
primera convocatoria de la poesía de 2025, pudimos contar con la participación
del joven poeta iraní Maná para
acercarnos a la realidad poética de un país que ha influido tanto en la cultura
mundial, tal y como nos fueron explicando Julián Borao y Maná a modo de
introducción, a la que siguió la lectura en persa de un poema por parte de
Maná, traducido al español por él mismo, al igual que los bellos poemas de
autores persas como Garus Abdolmalekian, Reza Borusan,, Kiumars Monshizadeh,
Elham Eslami o Reza Mortazavi, entre otros. Y precisamente del poema de Kiumars
Monshizade, surgió el tema que se convertiría en el poema colectivo de la
noche:
Nuestras
manos
eran cortas,
y los dátiles
estaban en lo alto de la palmera.
Nos cortamos las manos
y las lanzamos
hacia los dátiles.
Cayeron muchos dátiles al suelo,
pero nosotros ya no
teníamos manos.
“Las manos” estuvieron así en el origen de este “cadáver esqueleto” de la primera noche
poética de 2025 en el Espacio DaVinci de Bilbao..
Naturalmente, a lo
largo de las dos horas de velada, nos llegaron magníficos poemas en la voz de sus
autores, la presentación de dos libros, la “perfopoesía”
de Manuel Vicente Cajón y la voz de la cantante Lucía Dianot acompañada de su
guitarra. Una noche apacible, serena, mientras llovía, también apacible y
sernamente, en las calles de Bilbao.
LAS
MANOS
Cinco lobitos tiene la
loba.
Con vosotras he creado
y destruido
y en el extremo de tus hermosos brazos
de flamenca
quiero que me toques con tus manos
y me estremezco al contacto de tus manos
por mi espalda,
el contacto que es el hilo de espacio tiempo
asumido,
las mismas pecadoras con las que hago
una cinta.
Un gesto tan sencillo
como darme la mano
y modelar del cieno una lengua,
esconder en la misma medida que hablar.
Las manos son energía,
manos cerradas
y manos abiertas,
dedos que atenazan la soledad.
No hay dedos que descubran la idiotez
de las mentiras,
manos que acarician el alma de los poetas.
Cinco más cinco son dos
manos
siempre abiertas, siempre acogedoras
y abriendo el corazón las manos
traen la luz;
acarician, tocan, palpan, agarran, tiran de í
y me aman
las manos, las manos en ti, ¡para qué más!
Proyectan esculturas
puras, los acordes
más emotivos que
acariciando con sus manos la música
se hizo violín
con su singular arquitectura de alas.
Te lo grito cuando rozo
tu mano;
son alas en las sombras de china.
El dorso acaricia tus
rodillas
mientras incansable tecleas.
Acaríciame como si no
fuese tuya,
¡para qué os quiero si sólo tembláis cuando
me habla!
Las manos que sujetan mi conciencia,
manos, herramienta primigenia.
Los pensamientos vuelan, aunque las manos
no escriban.
El grito desesperado y
el tacto de mi mano
en tu mejilla;
ellas te acarician el alma,
las manos, extremidades superiores,
nido de antenas del alma,
el lenguaje del movimiento que se escucha
en la piel.
Palpan, palpan, palpan, pero no encuentran
cuando en el silencio nuestras manos
se enredan.
Toma mis manos,
aunque no me quieras.
NOCHES POÉTICAS