NOCHES
POéTICAS
BILBAO
10 de diciembre de 2025
ESPACIO DAVINCI-BILBAO
Tuvieron
que juntarse los cuatro elementos, agua, fuego, aire y tierra, para dar vida al
cadáver esqueleto de las fechas decembrinas en la velada de Noches Poéticas.
Fue un día 10, miércoles. Y con el agua que indica fluidez, emoción y
adaptabilidad; con el fuego que nos trae energía, pasión y transformación; con
el aire que nos inspira claridad y creatividad y, finalmente con la tierra y su
fuerza y estabilidad, nació el poema colectivo. Treinta personas de las
asistentes a la velada aceptaron el reto de escribir cada una un verso, una
línea, sobre uno de los elementos que nos dejaron los presocráticos: Tales de
Mileto, el agua; Anaximandro, el aire; Heráclito, el fuego, y Jenófanes la
tierra. ¿Qué elemento sería el más elegido, el más nombrado, el más inspirador?
La
velada se vistió de versos y la música excepcionalmente bella del Dúo
Gandarwua, de Vitoria; se arropó de perfopoesía con Manuel Vicente Cajón y Chemi
del Olmo y, además de dar vida al cadáver esqueleto, fue generosa en un
sorteo final con un libro de la colección de Noches Poéticas. Todavía más, se detuvo
la noche en la poesía de Rilke, anunciada y leída por los miembros del equipo
de N.P., Ainize, Andoni, Julián y Julio.
La presentación de un nuevo libro, “Antimateria”,
de Jon Andoni Bretón que, como editora, presentó Ainize junto con el autor. Y
las voces de Cristina Maruri, Oier López
Ortega, Sylvain Sortelle, Manovell, Manu Molina, Roberto López, Karma Albert,
Jaime Yakaman, Miguel Gutiérrez, Antonio Molina, Susana Narrena, Paula
Urdinguio, Toni Abad, Cristina Díez, Morian De Zen, Isabel M. Paniagua, Manoli
López, Olga San Miguel, Pepa Agüera. Voces acompañadas por un público
respetuoso y atento siguiendo sus versos.
Preguntaba
por el elemento más citado, elegido e inspirador del cadáver de entre los cuatro
elementos. Podéis buscarlos, pero adelantemos que el agua aparece en, al menos,
catorce ocasiones, seguida a partes iguales por el aire y el fuego con unas
ocho citas y la tierra con al menos cuatro. Somos, parece, más agua que otra
cosa. Y así lo pudimos constatar en el poema colectivo de la noche de
diciembre, cuando la poesía volaba en el ambiente del DaVinci con Noches
Poéticas.
Pez
en los mares de mil millas a nado, mañana
no hagáis distopía materialista.
El hombre y la tierra. Yo seré la cuna del viento frenando tu caída.
No
mires el agua, cierra los ojos
y escúchala. Por las plantas de mis pies
se vacía mi cuerpo de agua. Mi cuerpo de agua y aire.
El aire no sabe respirar.
Eres tú el elemento que me derrite con una mirada.
Lo
que algunos llaman patria
no es más que tierra.
Sopló su alama acompasándose a su cuerpo.
¡Tiembla, tierra, estamos aquí! Yo tengo
los pies en la tierra y el corazón en el mar, cenizas
del fuego y el agua que lo apaga. Porque
llueve sobre mi cabeza calenturienta y es que,
verás, sigo teniendo agua tuya
en mis células.
Dejo que el agua se lleve mis penurias,
soy un vaso que sólo se llena al llenar
otros vasos.
Deja que el aire lleve lo que la pena no puede;
eres sutil, como el aire; audaz, como el fuego. Quisiera
tener siempre el fuego de tu mirada,
el que habita en ti, disuelve, transita, limpia…
Agua tan necesario, agua, agua, agua para clamar nuestra sed
mientras mi cuerpo abrazado por el fuego no siente
calor.
Sopló la arenisca ardiente de la isla; como
la intensidad de tu poder
me quema el fuego
mientras el agua me sumerge en sus entrañas.
Huye
nuestro amor como el caudal del río
y del agua surge Cáncer para juntarse con Escorpio.
Agua
que surges del centro de la tierra.
Fue entonces
que el aire rompió a llorar
arrasando las raíces.
Sería hermoso beber en la fuente de tus labios, en tus sonrisas
que airean, reverdecen, alimentan. Soltaré aire
si te saco una sonrisa,
un suspiro.
Y dijo Dios: sea la llama
y nació el poeta.
NOCHES POéTICAS
¡NOS VEMOS EN LOS BARES!























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